ZONA DONANTE

Un concepto a conocer, y más importante, a respetar, a la hora de hablar de un trasplante capilar es la zona donante. Evidentemente, ya sabes qué es pero queremos que conozcas más en profundidad algunos aspectos de ella pues lo cierto es que la preocupación de los pacientes es extraer el máximo de unidades foliculares, y esto no siempre resulta adecuado para el área, pues no sólo importa lo que se consigue en la zona donde se nos ha caído el pelo; también resulta esencial que la zona que nos lo dona quede en perfecto estado, sana y estética. Veamos un poco de información al respecto.

¿Qué es la zona donante?

Cuando hablamos de un tratamiento para ponerse pelo, denominamos zona donante a aquella área de la que vamos a extraer las unidades foliculares que serán, después, reimplantadas en las área donde se tiene una menor densidad capilar.

Esto es, es la piel en la que tenemos más cabellos y de la que escogeremos algunos de ellos para reubicarlos. Por este motivo, y puesto que no estamos fabricando nada ni haciendo magia, el área donadora perderá densidad de cabello tras el tratamiento.

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Características zona donante para injerto de pelo

Veamos cómo se caracteriza este área:

  • Primeramente, indicar que, lo común es que el cabello se extraiga de la nuca de los pacientes, pues es donde suele haber una mayor densidad. Sin embargo, esto no te debe preocupar, pues se puede escoger los folículos de otras zonas. Veamos de qué zona podemos obtener pelo para injertar.
    • El pelo de esta zona difícilmente se caerá, a no ser que sufras de algún tipo de alopecia como la alopecia difusa, por ejemplo. Por este motivo y por ser el que más se parece al que necesitamos en la zona receptora es la primera opción.
    • Espalda y pecho. Sus folículos son iguales en cuanto a características genéticas respecto a los de la zona de la nuca. La diferencia radica en la velocidad de crecimiento del pelo, que es más lenta, lo cual se hace evidente durante las semanas posteriores a la intervención.
    • Brazos y piernas. Seguidamente tenemos los vellos de brazos y piernas. La estructura capilar es diferente, siendo imposible que coincida con la del pelo de la zona donde se va a hacer el implante, de manera que el resultado será menos natural.
    • Finalmente, si no hay más remedio, podemos recurrir al vello facial. Ocurre lo mismo que en el caso anterior, con una mayor diferencia estructural (el vello facial es más grueso).
  • Se habla de ella en función de lo “intensa” que sea. Por lo general, una nuca (generalicemos) en la que no se ve la piel, aun cuando el cabello es corto, se dice que es muy intensa y, por supuesto, más que suficiente para extraer de ella el total de unidades foliculares necesarias para la intervención.
  • Se considerará de ella no sólo la densidad de cabello sino también la propia extensión que tiene, pues, por muy densa que sea, si es pequeña no podremos obtener tantos cabellitos como nos gustaría.
  • Es esencial que tengas en cuenta el aspecto final de la zona receptora después de que se extraigan los cabellos pues esta se va a ver afectada.
  • A mayor pérdida, más tiempo será necesario para que estéticamente se vuelva a ver natural y más largo tendrá que estar el cabello para tapar la falta de densidad. Por este motivo, nosotros siempre nos encargamos de indicar al paciente cómo será su resultado final, aconsejándole extraer más o menos unidades foliculares según sus propias características.

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