ZONA RECEPTORA

Sin duda, la zona receptora es el punto donde los pacientes que se hacen un trasplante capilar prestan más atención, con su lógico motivo, pues es donde se encuentra ese aspecto que tanto acompleja: la ausencia de pelo.

Este va a ser nuestro lienzo de trabajo y donde verás los resultados de la intervención, de manera que resulta esencial que conozcas todas sus características, sus detalles y los aspectos que la definen y condicionan.

¿Qué es la zona receptora?

Considerando el injerto de pelo, la zona receptora es aquella que va a ser repoblada de cabellos, esto es, la que está perdiendo pelo y necesita verse con una mayor densidad capilar. Así, hablaríamos del cuero cabelludo u otra zona de la piel donde notamos algún tipo de calvicie.

Esta se va a definir considerando dos aspectos principales: las unidades foliculares disponibles y su calidad (condicionadas, a su vez, por la zona donante) y la densidad de pelo que deseamos obtener.

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Características zona receptora para injerto de pelo

De entre lo mucho que podemos considerar sobre la zona receptora, lo que resulta esencial conocer sería lo siguiente.

  • Reubicación capilar. Lo primero que tenemos que indicar es que las unidades foliculares que va a recibir corresponden a otra zona dérmica del propio paciente, la que se conoce como zona donante. Esto significa que no vamos a a hacer ningún milagro; para que ganemos pelo en un lugar debemos perderlo de otro, aspecto esencial a considerar para lograr el equilibrio más adecuado.
  • Ubicación de las zonas receptoras. Estas, evidentemente se determinan por los tipos de alopecia y por lo común que resulta la caída del cabello. Tenemos, en este orden, preferencia en estas áreas:
    • Coronilla amplia.
    • Coronilla mediana.
    • Entradas pequeñas.
    • Línea frontal.
    • Línea y entradas.
    • Entradas pronunciadas.
  • Intervención. Es importante que sepas que dependiendo del método de implante, la zona se verá alterada de unas u otras maneras, con sus correspondientes diferentes resultados finales en la piel y sus cuidados más o menos exigentes; no todos los procedimientos son, en absoluto, iguales para esta zona.
  • Postoperatorio médico. Para nutrir la zona, después de realizar el injerto de pelo se llevan a cabo algunas terapias, las cuales varían en función del profesional pero, en general, buscan reavivar la dermis y favorecer el crecimiento de pelo.
  • Del mismo modo, una vez salimos de consulta, la zona receptora necesitará ciertos cuidados por parte del usuario, resultando este punto tan importante como la propia intervención para tener el éxito esperado. Estos incluyen no estirar de los cabellos, lavarse, peinarse y cortarse el cabello de acuerdo a los tiempos y demás indicaciones, no hacer esfuerzos, no bañarse en aguas cloradas, saladas o de spa, tomar ciertos medicamentos y retomar tratamientos farmacológicos previos, adquirir ciertas posturas al dormir, vigilar el estado general de la zona, considerando especialmente la rojez, la hinchazón y la aparición de costras.
  • Lo anterior resulta esencial para evitar algo muy probable de ocurrir: los traumatismos. Estos pueden ser mínimos o muy importantes pero lo mejor siempre resulta evitarlos para evitar la pérdida de unidades foliculares, la producción de heridas y demás inconvenientes.

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